A más riesgo, mayor beneficio

Capitalismo en estado puro

Veamos cómo funciona todo esto, y cómo se fijan las cuotas de las apuestas a partir de las leyes de la oferta y la demanda. Supongamos que para un determinado partido de baloncesto del próximo Mundial -por ejemplo, un Croacia contra Rusia- nuestra casa de apuestas ha recibido las siguientes peticiones de sus clientes:

+A favor de Croacia: apuestas por valor de 3.000 euros.

+ A favor de Rusia: apuestas por valor de 2.000 euros. El total recibido para este choque son 5.000 euros, pero fijémonos que para el conjunto de los apostantes es más probable que gane Croacia que Rusia, pues un 60 % del dinero ha ido en esa dirección, mientras que solo el 40 % ha ido para el resultado contrario. Por consiguiente, los premios para aquellos que juegan por la victoria croata serán menores que los premios que obtendrán los que apuesten por la victoria de los rusos. Si nuestra casa de apuestas repartiera los 5.000 usd recaudados entre los acertantes de uno u otro resultado, debería hacerlo de esta forma:

+ Si ganara Croacia: 5.000 usd en premios / 3.000 usd apostados = 1,66 usd de premio por dólar jugado.

-Si ganara Rusia: 5.000 usd en premios / 2.000 usd apostados = 2,5 usd de premio por dólar jugado.

Los valores de las cuotas de las apuestas

En la práctica, las cuotas son un poquito menores porque nunca se reparte todo el dinero que se recauda. La casa de apuestas siempre se queda con un pequeño porcentaje, que oscila entre el 5 y el 10 por ciento de la recaudación, como comisión y para cubrir sus riesgos, que también los tiene.

Las bookies no pueden esperar, como hace Loterías con la Primitiva, a que se cierre la recaudación para comprometerse al premio -la cuota— que van a dar, sino que los apostantes deciden si plantean o no la apuesta en función de la cuota que la casa les ofrece de antemano. La parte difícil del trabajo de un corredor consiste en manejar la incertidumbre de no saber exactamente cuánta gente -o, mejor dicho, cuánto dinero- se va a posicionar en cada resultado, y aun así correr con la obligación de comprometerse a una cuota.